ALEJANDRO NÁJERA
PINTO
Joven, Talentoso y
¡Orgullosamente Comiteco!
Bienvenidos amables lectores a una cita más en este espacio destinado a
dar a conocer a los jóvenes talentos comitecos que se encuentran ya sea en
nuestra ciudad, en nuestro estado o más allá de nuestras fronteras.
En la entrevista de hoy el protagonista es una persona cuya pasión por
la cocina lo ha llevado no sólo a preparase profesionalmente en esta materia,
sino también a desarrollar todo un nuevo concepto de la gastronomía local
mediante la utilización de ingredientes cien por ciento obtenidos de nuestra
región para dar paso a nuevas creaciones que deleitarán el paladar de propios y
extraños.
Sin más preámbulos conozcamos más de Alejandro Nájera Pinto, Orgullo de la cocina Comiteca de México para el mundo.
Alex, recordando un poco el inicio de tu vida estudiantil, ¿En dónde
estudiaste la primaria, la secundaria y la preparatoria? ¿Qué es lo que más
recuerdas de esos días?
Hola, es un gusto poder estar con ustedes y compartir un poco de lo que
he vivido hasta esta fecha. Pues bien, la primaria la cursé en la escuela Dr.
Belisario Domínguez que se encuentra ubicada a unos pasos del panteón
municipal. La secundaria en la E.S.T. No. 5 en el área de contabilidad. Sin
duda alguna, fue una de las etapas más divertidas de mi vida, en la cual
iniciaron muchas de las que ahora son mis más sólidas amistades. Cursé la
preparatoria en el C.B.T.i.s 108 en la especialidad de Técnico Laboratorista Químico.
Al finalizar tu educación media superior decides emigrar a Cancún, Quintana
Roo; para continuar tus estudios profesionales. Relátanos un poco de qué
decidiste estudiar y el porqué de esa elección.
Justamente en la especialidad de Químicos llevamos una materia donde
tuvimos la oportunidad de ver procesos químicos en alimentos, realizamos
prácticas de elaboración de vino, yogurt, queso, etc. y fue ahí en donde me
comencé a interesar por los alimentos. Al principio quería estudiar Ingeniería
Química en Alimentos y fui investigando poco a poco sobre las características
de la carrera, me di cuenta de que sí me gustaba, pero que no era exactamente
lo que yo quería. En ese entonces una amiga me dio la oportunidad de ayudarla en
el servicio de banquetes y al hacerlo me enamoré del “estrés” que generaba esta
actividad, ya que tuve la oportunidad de ver cómo funciona el engranaje en un
evento, la importancia de la coordinación del personal para lograr un producto
de alta calidad, el convertirte en un estratega y mover cada una de tus fichas
para lograr el objetivo.
De esa forma fue como decidí estudiar Gastronomía y nada mejor que irme
de lleno a una ciudad en donde la industria hotelera y restaurantera son la
principal fuente de trabajo y el nivel competitivo es muy alto. Fue así como
llegué a mi alma mater: la “Universidad del Caribe”, en Cancún, Quintana Roo.
Ahí viví cuatro de los mejores años de mi vida, tuve la oportunidad de
conocer a muchas personas, de experimentar y jugar con colores, olores, sabores
y texturas. Sin duda alguna, la universidad es el mejor espacio para “regarla”
y nada más importante que perder el miedo y arriesgarte al error.
Ya con los conocimientos necesarios para dar “rienda suelta” a tu
creatividad en la cocina y buscando mejores oportunidades profesionales, te vas
a la Ciudad de México. Tengo entendido que estando allá eres contratado por una
importante cadena de restaurantes a través de la cual te asignan un puesto en
su filial de Estados Unidos. ¿Puedes contarnos un poco de esa experiencia?
El regalo de mis padres al culminar mi carrera fue pagarme un mes de
renta en cualquier parte del país en donde quisiera vivir. Mi padre tiene la
creencia de que somos como un ave y de que es necesario aventar del nido a los
polluelos para que aprendan a volar por sí mismos (aunque en realidad esto no
fue nada fácil). Decidí mudarme a la Ciudad de México porque consideré que era
un lugar que ofrecía de todo y para todos.
Mi primera experiencia laboral fue en una cadena de restaurantes
italianos en donde me desempeñe como parrillero y me destaqué por estar
constantemente aportando ideas para la mejora y la estandarización del
servicio. Fui parte del equipo que logró la apertura del departamento de
calidad y la estandarización de algunos de los procedimientos dentro de dicha
cadena. Sin embargo, al tomar importancia mi puesto, este fue otorgado a un
familiar directo del dueño, por lo que sin más ni más me presentaron una hoja de “renuncia” que había
firmado por “anticipado” y me agradecieron por el gran aporte de ideas que
había realizado para la empresa.
De esta manera inicié la búsqueda nuevamente y me enteré de que un
restaurante de muy alto nivel en una de las zonas más famosas de la Ciudad de
México se encontraba solicitando personal de cocina. Fui a una entrevista y al
finalizar la misma una señora que se encontraba en la mesa de junto me preguntó
por mi nivel de inglés y si podía hacerme una pequeña entrevista en ese idioma.
Me realizó la entrevista y me preguntó si alguna vez había considerado el hecho
de trabajar en Estados unidos. Me citaron nuevamente para otra entrevista y fue
ahí en donde me contrataron para irme a Orlando, Florida; a trabajar dentro de
Disney World con la compañía San Ángel Inn. Fue una experiencia inolvidable en
donde aprendí sobre el control y manejo de personal, así como del trato directo
con el comensal y la aplicación de altos estándares de inocuidad e higiene
procurando siempre ofertar un servicio de calidad.
Y después de esa experiencia internacional regresas a nuestro país para
trabajar en Guadalajara. ¿Qué es lo que más te gustó de esa nueva etapa?
Al volver quise seguir mi camino con el trato directo al cliente y
decidí desempeñarme en el área de piso (servicio de comedor). Inicié desde
abajo como vendedor (mesero) en Italiannis y me fui capacitando en cada una de
las distintas áreas de piso como ayudante de bar, barman, hostess, jefe de
piso, etc. Después de pocos meses llegué
al puesto de asistente de gerencia, aunque más que asistente realmente era el
subgerente del restaurante, por lo que aprendí las funciones administrativas
necesarias para ello y puse en práctica muchos de los conocimientos adquiridos
en la escuela. Entendí de la gran responsabilidad y de lo indispensable que se
vuelve uno al desempeñar altos puestos en una empresa.
Después de ese tiempo por la Ciudad de México, Estados Unidos y
Guadalajara se da la oportunidad de regresar a casa y no lo piensas mucho, pues
a la par de un nuevo reto profesional te reencuentras con el socio ideal para crear
“¿Qué pensás qué estoy pensando?”. ¿Puedes relatarnos un poco de esta etapa en
la que actualmente te encuentras?
Después de estar fuera durante casi cinco años me llegó la necesidad de
identidad, de volver a ese lugar en donde todo fue mágico, en donde aprendí de
valores y me formé como ser humano con esa calidez que nos identifica a los
“cositias”. Se me presentó la oportunidad de trabajar en la Universidad
Tecnológica de la Selva, en Ocosingo, y de afrontar el reto que es transmitir
los conocimientos que he adquirido en el ámbito laboral a otras personas.
Un día, sin esperarlo, me encontré con un antiguo compañero de la
universidad: Ángel Fernando Vidal, también de origen comiteco, y platicamos de
nuestras experiencias después de casi cinco años sin vernos. En la plática
comenzaron a surgir varias ideas de posibles cosas que podríamos realizar juntos
y justo recordamos aquella frase que dice: ¿Qué pensás qué estoy pensando? A lo
cual se debe responder: “Si bien sabés que no lo sé”. En nuestro caso
particular Angel y yo interpretamos la frase como: “¿Adivinen qué se nos
ocurrió?”.
Comenzamos a generar ideas y de ellas salió el resaltar lo que en verdad
es gastronomía: El estudio del ser humano, su medio ambiente y su alimentación.
Una vez entendido el concepto comenzamos con la propuesta de una nueva comida
comiteca, así como del uso y rescate de los ingredientes típicos de nuestra
región, por lo que decidimos vender cenas temáticas para dar a conocer nuestra
propuesta a la población. Esta idea tuvo gran éxito y poco a poco nos fuimos
abriendo la puerta hasta que a finales del año pasado realizamos el festival del
día de muertos denominado “Que Viva la Tía”, el cual tuvo la intención de
conjuntar el arte en general, realizar una degustación de artes visuales,
auditivas, sensoriales y lo más importante: exhibir al pueblo el gran talento
que tenemos los Comitecos.
Como parte final de esta entrevista no deja de ser interesante saber qué
planes tienes para el futuro. ¿Seguirás en Comitán aportando tus ideas para
darle un nuevo rostro a su gastronomía? ¿Qué nuevos proyectos te gustaría
realizar?
Claro que seguiremos en esta bella ciudad. Actualmente Ángel y yo
formamos parte del Conservatorio Chiapas de la Cultura Gastronómica y recientemente
tuvimos la oportunidad de asistir como ponentes al “TERCER FORO MUNDIAL DE LA
COCINA REGIONAL MEXICANA” celebrado en la ciudad de México. Hoy en día tenemos
el servicio de banquetes y continuamos trabajando en nuevos proyectos para
lograr dimensionar a la gastronomía comiteca como herramienta para generar
turismo sin dejar de resaltar la calidez de nuestra gente.
En cada mujer mexicana hay un portento de cocinera, mientras que en cada
hombre mexicano hay un portento de glotón. Y el ciclo es tan bello que si la
cocinera se olvida de la receta, el glotón estará ahí para recordarla.
Y la “cereza del pastel” en este breve recorrido por tu corta pero
destacada trayectoria profesional, sería conocer los “ingredientes” personales
que consideras indispensables para destacar en este mundo tan globalizado y
competitivo. ¿Cuáles serían éstos según tu filosofía?
La familia, los valores, la identidad, la pasión por tu trabajo,
disfrutar de tus ideas y arriesgarte al error… “¡Echando a emprender se aprende!”.
Alex, no me resta
más que agradecerte por tu tiempo, interés y dedicación para la realización de
esta entrevista. Estoy seguro que en los años por venir seguirás dando mucho de
qué hablar y poniendo muy en alto a Comitán y su gastronomía.
Te recuerdo que tu participación es muy importante aportando tus
sugerencias sobre jóvenes comitecos destacados que merezcan ser considerados
para este espacio.
No olvides mandar tus propuestas a través del blog:
orgullosamentecomitecos.blogspot.mx o bien a través de Twitter en:
@OrgulloComiteco
Nos encontramos de nuevo en la siguiente entrevista.
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